Sin vergüenza

Hace poco vi en las noticias que el Ayuntamiento de Barcelona tiene previsto prohibir andar desnudos por las calles de la ciudad. Es sorprendente la noticia, o al menos a mí me lo parece. No sé por qué considero a este lugar un poco paradigma de la libertad, aún a sabiendas de que realmente no lo es. A estas alturas andar prohibiendo asuntos de esta envergardura me resulta, al menos llamativo. Se pretende establecer sanciones de 120 a 300 euros, que podrían elevarse hasta los 500 euros en caso de reincidencia, aunque eso sí, se realizará un aviso previo antes de la denuncia. Hasta ahora se sólo se podía sancionar a quienes fueran desnudos cuando alguien probaba que había sido ofendido, algo “muy difícil de demostrar ante un juez”. No es la primera vez que me he econtrado a personas desnudas paseando por la calle, para muestra un botón, aunque sí es la primera vez que los quise fotografiar. Ya ven, que panda de sinvergüenzas que andan sin vergüenza. No sé si han caído en la cuenta estos del Ayuntamiento de que siempre hay la posibilidad de mirar para otro lado y que el problema está, en este caso, más en los ojos del que mira que del que enseña. Vamos, que Barcelona ya no es lo que era, que se empieza a recortar libertades por aquí y nunca se sabe por dónde se acaba...