Nunca llueve a gusto de todos. Para estas personas sin techo estos días difíciles han de ser especialmente duros, cuando llegamos a casa y sentimos el calor del hogar, cuando nos estiramos en l sofá tapaditos con la manta, deberíamos de reflexionar unos segundos. A mi me lo ha hecho esta foto. Un saludo
Esta es la soledad compartida, en pura síntesis,l@s dos están sol@s y es una gran lección para nuestra conciencia, para nuestro corazón, constatar que la soledad del uno es la del otro y que juntos soportan las vigas de su mundo roto.
Difícil es buscarse la vida cada día aun más para aquellas personas que no tienen un hogar dónde residir, en esta época que estamos cruzando muchos de los ciudadanos de este país terminaremos a sin tocaremos madera.
Los momentos más sencillos y de personas que son invisibles al resto de los humanos son los que están llenos de mensajes. Lo grande de la fotografia es ser capaz de captar un instante, y en tu caso aquí lo has conseguido.
Conmueve la imagen, hay que ser de hierro para no sentir mas allá de las luces y sombras que proyectan tu fotografía y no hacerse cargo de cuanta soledad concentrada transita el día a día sin apenas contabilizarlo, por vivir, eso es cierto, por el ajetreado vaivén de nuestras propias limitaciones...
Un sensible, fotografía empática de la vida en nuestras ciudades europeas. Si no fuera un tema tan triste, yo diría que sí, es una imagen maravillosa. Pero creo que sé lo que quiero decir. Un beso
Nunca llueve a gusto de todos. Para estas personas sin techo estos días difíciles han de ser especialmente duros, cuando llegamos a casa y sentimos el calor del hogar, cuando nos estiramos en l sofá tapaditos con la manta, deberíamos de reflexionar unos segundos. A mi me lo ha hecho esta foto. Un saludo
ResponderEliminarEsta es la soledad compartida, en pura síntesis,l@s dos están sol@s y es una gran lección para nuestra conciencia, para nuestro corazón, constatar que la soledad del uno es la del otro y que juntos soportan las vigas de su mundo roto.
ResponderEliminarUn enorme abrazo, Javier.
Enrique.
Hay cosas que preferimos no ver.
ResponderEliminarO las vemos como que decoran nuestras ciudades.
Un beso
Una imagen más q mil palabras no?
ResponderEliminarEn este caso todas serían grises..
Un beso..
Difícil es buscarse la vida cada día aun más para aquellas personas que no tienen un hogar dónde residir, en esta época que estamos cruzando muchos de los ciudadanos de este país terminaremos a sin tocaremos madera.
ResponderEliminarSaludos de José Ramón
muy bien captado el momento gran fotografia, saludos
ResponderEliminarLos momentos más sencillos y de personas que son invisibles al resto de los humanos son los que están llenos de mensajes.
ResponderEliminarLo grande de la fotografia es ser capaz de captar un instante, y en tu caso aquí lo has conseguido.
un saludo
Conmueve la imagen, hay que ser de hierro para no sentir mas allá de las luces y sombras que proyectan tu fotografía y no hacerse cargo de cuanta soledad concentrada transita el día a día sin apenas contabilizarlo, por vivir, eso es cierto, por el ajetreado vaivén de nuestras propias limitaciones...
ResponderEliminarAbrazzzusss
Esta foto llega al alma de cualquier persona que tenga un poco de conciencia y sensibilidad.
ResponderEliminarUn saludo.
Inma
Tienes mucho genio para captar estas escenas. Preciosas. Un saludo de California.
ResponderEliminarUna vez más, una estupenda fotografía urbana.Felicidades. Un abrazo.
ResponderEliminarUn sensible, fotografía empática de la vida en nuestras ciudades europeas. Si no fuera un tema tan triste, yo diría que sí, es una imagen maravillosa. Pero creo que sé lo que quiero decir. Un beso
ResponderEliminarMuy buen momento, estupenda!
ResponderEliminarUn saludo,
Serge
Vida de cão... não tem direito a guarda-chuva!
ResponderEliminarSaludos.
pero que ojo tienes...
ResponderEliminarPrciosa toma ,tienes mucho gusto si señor
ResponderEliminarsaludos
A perro flaco todo se le vuelven pulgas. Los elementos se vuelven contra los más débiles. Esta foto lo refleja fielmente.
ResponderEliminarUn saludo.
Víctor