Entre pinturas y pinceles

Me gusta la pintura, siempre que tengo oportunidad visito alguna exposición o algún museo, en este sentido Barcelona da muchas oportunidades. Aunque soy un poco crítico con esto del arte, mantengo la idea de que está muy mercantilizado, además hay una especie de industria donde una serie de gurús deciden lo que vale o no vale. He ido a exposiciones que son verdaderos bodríos, bajo mi humilde punto de vista, y cuando uno expresa abiertamente que lo que está viendo no le interesa enseguida te tiñen de inculto o cateto, sin dar opción a nada más, sin contemplar la posibilidad de que el cuadro que tienes delante no te diga nada y por eso lo consideres un desastre. Y no se trata de que te lo expliquen o no, recuerdo que vi en televisión un reportaje en el que unos periodista colgaron un dibujo hecho por niños pequeños de una guardería en una feria importantísima de arte contemporáneo, también encontraron unos críticos estupendos que decían auténticas chorradas sobre "la obra de arte", elogiándolo hasta el infinito. Hace algún tiempo me aficioné a esto de los dibujos y los pinceles, aunque para mí no es más que una mera distracción.

En Barcelona, en la Plaza de Sant Josep Oriol i Pi,  hace más de 35 años un grupo de artistas llevaron a cabo la idea de acercar el arte al público, organizando una exposición al aire libre en la ciudad, allí venden su trabajo. Es un placer pasear por los alrededores y ver sus obras, incluso cómo los elaboran. Esta es otra de esas fotos de casi me cuestan un disgusto, cuando la señora me vio con la cámara su cara cambió por completo, incluso creo que me dijo alguna que otra cosa con cara de pocos amigos, aún así, como digo, es un placer disfrutar con el ambiente y el arte que se respira en la plaza.