A ver las fuentes

Me pregunto cuántas personas a lo largo del año pueden pasar por el espectáculo de la Fuente Mágica de Montjuïc, aunque doy por seguro que son muchas. Y mira que la cosa es sencilla: una fuente que lógicamente tiene agua, unas luces de colores que la adornan y una música que embellece el asunto. Se podría decir que hoy en día es un espectáculo casi primitivo, porque la tecnología nos ofrece tantas posibilidades que cada vez es más difícil sorprenderse por algo. Lo que digo, la cosa no puede ser más sencilla, pero la verdad es que tiene un encanto especial. Imagino que el entorno tiene mucho que decir en todo esto. Como si se tratase de una procesión, la gente va acercándose a la fuente minutos antes de que la conjunción agua-luz-sonido comience. Y en un momento resulta difícil encontrar un buen sito. A mí personalmente me gusta mucho verlo, dejarme llevar por la música y disfrutar del baile que nos ofrece el agua. Ya lo dice su nombre, es que tienen algo de magia.

Siempre hay un vuelo a Barcelona esperándote, la ciudad ofrece mil posibilidades, la Fuente Mágica de Monjuïc es de los que uno no debe perderse nunca.